📅 12 de julio, 2019
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El enojo es una emoción que todos experimentan, algunos más que otros. Es una emoción natural y normal. Consiste en sentimientos que varían en intensidad, desde una irritación moderada hasta una furia y cólera intensa.
Al igual que otras emociones, el enojo o la ira constituyen una manera habitual y sana de reaccionar ante una variada gama de situaciones con las cuales las personas nos vemos cotidianamente. (Minici, Rivadeneira, & Dahab, 2007)¹ La ira es una emoción que se asocia con factores cognitivos específicos, excitación fisiológica y expresión conductual, los cuales se manifiestan en el entorno, donde se ven reforzados o castigados. Estos factores ocurren simultáneamente, de tal manera que a menudo se experimentan como un solo fenómeno. (López Blanco, Rodríguez García, Vázquez Pineda, & Alcázar, 2012.)²
Las personas sienten enojo en respuesta a ciertas situaciones o hechos. Algunos desencadenantes comunes incluyen los siguientes: estrés; frustración; decepción; resentimiento; molestia; falta de respeto. Las personas expresan el enojo de manera diferente con base a lo que han aprendido y observado. La expresión del enojo es una conducta aprendida y puede volverse un hábito. A veces, el enojo tiene desenlaces a corto plazo, pero puede provocar consecuencias negativas.(U.S. Department of Veterans Affairs, S/F.)
En efecto, el enojo adecuado nos ayuda a resolver un desacuerdo, reclamar nuestros derechos o simplemente marcar límites. No obstante, en algunos casos, la ira se convierte en un problema que deriva en serias consecuencias para la salud y la calidad de vida en general. Además de llevar a los individuos a exhibir niveles relativamente más altos de agresión e intimidación y de otras conductas problemáticas como el uso y abuso en el consumo de sustancias psicoactivas. (Eisenberg, 2000.)³
Desde un punto de vista psicológico, se estima el nivel de enojo sobre la base de su frecuencia, intensidad y su duración. De este modo, el sentimiento será patológico cuando se presente muchas veces en un período determinado (frecuencia), se experimenta subjetivamente con demasiada fuerza (intensidad) y se prolongue por largos períodos (duración). Contrariamente, el sentimiento de enojo poco frecuente, leve y de corta duración será probablemente más adaptativo. La evaluación de las consecuencias del enojo abre varias vertientes de discusión. Entre ellas, sobresale el análisis de su expresión. (Minici, Rivadeneira, & Dahab, 2007)¹.
Se han distinguido al menos tres grandes formas en que la ira puede ser manifestada, cada una de ellas con un impacto diferencial sobre la salud y bienestar de la persona:
Se debe abordar el estímulo o fuente subyacente de la ira, y se debe prestar atención a los componentes fisiológicos de la ira tanto como a los aspectos cognitivos por que se alimentan uno a otro. La fuente o el estímulo subyacente de la ira es la razón por cual la parte se siente enojada. (Butts Griggs, 2007)⁴
Como conclusión, el enojo es un proceso emotivo que todavía no se entiende completamente. Sin embargo, sabemos que es de naturaleza fisiológica y cognitiva, y también puede ser afectada por conducta. La mediadora puede usar una variedad de estrategias y técnicas para abordar los componentes del enojo, previniendo su escalada y facilitando su expresión sana. Estas intervenciones tienen un efecto calmante o profiláctico en los aspectos fisiológicos de la ira, y facilitan información y entendimiento para influir en los procesos cognitivos de la parte.
¹Minici, A., Rivadeneira, C., & Dahab, J. (Marzo de 2007). El enojo y su expresión. Revista de Terapia Cognitivo Conductual.(12), 1-5.
²López Blanco, B., Rodríguez García, E., Vázquez Pineda, F., & Alcázar, R. J. (Enero. de 2012.). Intervención cognitivo conductual para el manejo de la ira. Revista Mexicana de Psicología., 29.(1.), 97-103.
³Eisenberg, N. (2000.). Emoción, regulación y desarrollo moral. Annual Review of Psychology., 665-697.
⁴Butts Griggs, T. (2007.). MANEJANDO LA IRA EN LA MEDIACIÓN: CONCEPTOS Y ESTRATEGIAS. Portularia., VII.(1-2.), 17-38.